Cómo se construyó el club meme del mercado
Todos los pasos del Chelsea de ganar la Champions a verse con 43 jugadores, siete porteros y 15 cedidos en la previa de la Conference.
El epicentro del meme futbolístico del verano, con permiso del Barcelona, ha estado en Stamford Bridge, donde Maresca ha tenido a su disposición hasta 43 jugadores en la primera plantilla, incluyendo siete porteros. Pero [ruido de disco rayado] te preguntarás cómo hemos llegado hasta aquí.
Cuando la invasión rusa de Ucrania hizo que Roman Abrahamovic tuviera que vender el club, la firma estadounidense a la que representa Todd Boehly compró a un Chelsea que no había podido fichar o renovar por las sanciones a oligarcas. Esta era la plantilla que heredaron aquel verano de 2022:
Un primer equipo ya amplio, de 34 jugadores contando los jóvenes que volvían de cesión como Gallagher, Broja, Colwill o Ampadu, aún habiendo perdido a Rüdiger y Christensen al no poder renovarlos. Bakayoko seguía cedido en el Milan por dos años, pero nadie le echaba de menos. Una plantilla que venía de ser tercera en Premier y ganar la Champions una temporada antes.
La nueva propiedad rompió el mercado con una revolución: 16 bajas y 9 altas (algunas para irse cedidos directamente) contando cesiones y dejándole a Tuchel una plantilla de 26 para trabajar a principio de temporada tras un gasto neto de casi 335 millones de euros:
Slonina inaguró la era de fichar jovencitos y cederlos. Pero empezaron a llegar los grenades momentos que nos ha dado este Chelsea: echar a Tuchel al poco de empezar la temporada y traer a Potter. Pero como Potter no es Tuchel y las cosas no iban fenomenal, había que retocar la plantilla en invierno. Se hizo a lo grande, invirtiendo otros 330 millones, con el fichaje más caro de la historia de la Premier, consiguiendo a João Félix cedido por unos meses por 11 millones, y sin vender a nadie. Dos fichajes incluso se van cedidos directamente y aún así ya hay 31 jugadores en plantilla.
Esto ya es el Chelsea de Boehly. Así que el siguiente paso lógico tras gastarse una millonada en construir un equipo para Potter era echar a Potter y traer a Lampard de manera interina. Lampard había sido despedido del Chelsea dos años antes y del Everton esa misma temporada. El resultado fue el esperado desastre. El Chelsea quedó 12, fuera de puestos europeos y a sólo 10 puntos del descenso.
La nueva apuesta fue Pochettino. Ahora sí, había un proyecto claro para construir una plantilla. O gastarse otro dineral para construir una plantilla sobredimensionada hasta el punto de que el entrenador no se acuerdara de quiénes eran algunos de los jugadores a su cargo.
Revolución de 187 millones netos invertidos (y ya van más de 850), con una plantilla de 33 jugadores con 12 cedidos…
Pochettino no mejoraba a Potter, pero el mercado de invierno no se movió tanto. Jorginho se marchó al Arsenal, Broja, Maatsen y Bergström se fueron cedidos y el Chelsea sumó 7 millones a la saca. Moreira y Casadei volvieron de sus cesiones, pero no tuvieron casi incidencia en el equipo.
El Chelsea tuvo un buen final de temporada, quedó sexto y entró en Conference. Todo parecía encaminado. Pero esto es el Chelsea de Boehly, así que el siguiente paso lógico era echar a Pochettino, e iniciar un nuevo proceso de fichar a chorrocientos jóvenes por entre 20 y 30 millones de euros, traer a un entrenador sin experiencia en Premier y con un estilo muy concreto como Maresca al que no le valían varios titulares de Pochettino, y construir una plantilla mastodóntica para que el técnico deje fuera de su primera convocatoria a más de 20 jugadores a sus disposición, empiecen las quejas de los descartados y que el objetivo de un club que hacía unos pocos años había ganado la Champions sea meterse en Europa, y a ver. Recién cerrado el mercado, la plantilla ha quedado así:
Esto fue lo que pasó con la plantilla que estaba con el Chelsea cuando llegó Boehly. Sin contar a los cedidos Kepa, Chalobah y Broja, sólo cuatro jugadores siguen en plantilla: Bettinelli, que como mucho es tercer portero; Chilwell, apartado del equipo; y Colwill y James, ambos teóricos titulares cuando están disponibles.
Ni un sólo centrocampista o delantero de aquella plantilla sigue.
Doce jugadores fichados desde entonces no están en la plantilla. Tres de ellos vendidos permanentemente.
Detrás de todo esto se supone que hay una estrategia: que esos jóvenes comprados a granel se desarrollen en otros clubs y se vendan por un buen dinero. Pero de momento hay que compensar un agujero de 835 millones de euros netos.
Suerte, Boehly.
Un once de cracks
Un equipo que podría entrenar el ‘Mono’ Burgos o Periko Alonso, digno once del Sporting de Cristal, que podría haber fichado a Kanouté.
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